12.3.17

Hoy no podía dormir

Hoy no podía dormir. No se me ocurre mejor excusa para escribir una nueva entrada.

No me suele pasar a menudo. Mi rutina diaria es lo bastange agotadora como para caer siempre como un leño rendida en la cama al acostarme. Pero los fines de semana son distintos.

No suelo salir mucho. Dejé de salir de fiesta. A veces pienso que realmente nunca me gustó. Así que ahora paso más tiempo en casa.

Lo malo de una rutina agotadora es que no te deja tiempo para ti. Y después de pasar meses embullida en ella, encuentras mil excusas para seguir así. Llevo meses sin pensar en mí. Llevo meses pararme a pensar. Pero hoy no podía dormir.

Es curioso el nivel de estrés que obtienes cuando, aún con muchas tareas pendientes, decides dedicarte un tiempo a ti. Es como si tu mente se bloqueara, y no te dejara relajarte y a la vez no te dejara concentrarte en el trabajo. Quizás por eso no podía dormir.

Ahora debería estar durmiendo. Pero estoy escribiendo. ¿Mis pensamientos tienen alguna lógica, o simplemente desvarío en un estado cercano al sueño?

Me gustaría prometerme más tiempo para mí. Quizás eso tranquilizaría a la parte de mi cerebro que no me deja dormir. O quizás sea lo bastante inteligente para saber que es una mentira.

En cualquier caso, reconozco que echaba de menos escribir. No suelo publicar entradas sin revisarlas y trabajarlas, pero esta vez me voy a dejar llevar. Línea directa de mi cabeza al blog. Tendréis que disculparme si algo no tiene sentido.

Hay gente que nunca se para a pensar en nada. Y les va bien. Hay gente que se pasa el tiempo reflexionando en temas profundos, y alcanzan una madurez que jamás podré adquirir. Pero siempre me ha gustado más el segundo grupo que el primero. Y debo pedirme perdón por haberme vuelto una persona demasiado ocupada para pensar. No me gusta sentirme así de perdida.

Igual ahora mi cabeza me deja descansar ya. Hagamos la prueba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario