3.11.15

Una tontería, 20 niveles.

Vengo a hablaros de una de esas cosas que, no se por qué, me atraen aunque no deberían. Es posible que tenga algún tipo de problema. Las cosas como son: me gusta el gore.

Aquel cine que muestra auténticas barbaridades que son capaces de hacerse unas personas a otras capta mi atención de una forma poco razonable. El ejemplo más típico y que todo el mundo conoce es la saga de SAW. La trama en sí, película tras película, es infumable. Pero las atrocidades que se muestran son tan hipnóticas...

Ya os he dicho que debo tener algún tipo de trastorno. Mi estómago está hecho a prueba de bombas en ese sentido. Prueba de ello es la crítica que hice a la película de A Serbian Film, que no os recomiendo ver si no tenéis algo de insensibilidad con estas cosas. Y digo prueba de ello, porque de hecho me supo a poco, a pesar de las increíbles barbaridades que muestra la película, basadas en la fama del país que le da nombre. "La película está muy bien llevada, y trata incluso con cierta delicadeza las escenas realmente fuertes (...) Sin duda entra en el top de las pelis más gores, pero esperaba incluso más salvajismo por lo que había oído de ella (me ha decepcionado un poco)".

Para entender mi afición por este género cinematográfico es importante comprender la diferencia entre cine gore y snuff. Podemos resumirlo en una frase: el snuff es real. Las bestialidades son menos bestiales cuando sabes que son maquillaje y efectos especiales.

Puestos en antecedentes, y entrando en el tema que nos ocupa, hoy me he traumatizado. He visto muchas cosas en mi vida, algunas realmente bestiales, pero hoy he perdido un pedacito de alma.

Os preguntaréis que ha podido ser tan horrible. Cierta personita compartió conmigo un enlace a una página web (que no voy a compartir porque no me parece apropiado, pero si alguien está muy interesado se la puedo facilitar) planteándome un reto: a ver cuántos niveles eres capaz de aguantar.

Consistía en ver una serie de vídeos, de corta duración. Para pasar al siguiente nivel tenías que ver el vídeo hasta el final. Bastante simple, una tontería, 20 niveles. Primer vídeo, alguien se disloca un brazo. Le pasa a todo el mundo, nada raro. Siguiente vídeo.

En general son vídeos un poco tontos. En principio reales. Podríamos calificar a los protagonistas como torpes o idiotas en la mayoría de los casos. Algunos bastante asquerosos, todo soportable. Aparece el primer vídeo en el que claramente el protagonista "parece" morir. Bah, no puede ser completamente real, sigue siendo un vídeo, algo ajeno a mí. Mmm, vaya, en el siguiente también muere alguien. se ve como deja de moverse. Bueno, no es para tanto. Otro más, unas vías del tren, alguien que no consigue apartarse antes de que le arrollen... Accidentes.

Y sigo, tengo estómago. Nada me afecta. Já. Toda regla tiene su excepción. Nivel 19. Durante un segundo lo hice, tuve que apartar la mirada de la pantalla. Una de esas escenas que te rompen algo por dentro, de la forma en la que se te rompe cuando tienes la certeza de que lo que ves es real, y es el final. Hay ciertas cosas con las que no se juega, y ver como una persona acaba con la vida de otra, buscando su sufrimiento en el proceso, es una de ellas. Me da tanto respeto que no quiero ni contaros lo que se veía. He de decir que sí vi todo el vídeo, y llegué al final del 20 con éxito...por llamarlo de alguna forma.

La web al principio parecía un juego, algo entre amigos, vamos a ver quién lo pasa peor viendo alguna que otra cosa asquerosa. Pero no lo es, ciertas cosas hay que tomárselas en serio. Cuando hablamos de personas que de verdad hacen daño, que asesinan y lo graban en vídeo para mostrárselo al mundo, lo último que hay que hacer es compartirlo. Y en base a este criterio no adjunto ningún link ni os narro lo que ocurría.

En realidad, lo que me ha traído hasta aquí no ha sido tanto mi propio trauma, aunque reconozco que llevo toda la tarde recordando los segundos más escalofriantes del vídeo en cuestión. Lo que me ha dado ganas de escribir ha sido la reacción de mis amistades más cercanas ante este mismo "juego".

Mientras yo me quejaba de los detalles estremecedores que no dejaban de repetirse en mi mente, ellos me repetían cosas como "no es para tanto", "la calidad del vídeo no era demasiado buena así que tampoco da tanta impresión", "da un poco de asco, eso es todo", o incluso "esas cosas pasan todos los días, a mí no me sorprende". Y lo repetían aún después de llegar al consenso de que lo que habíamos visto era real. Es probable que si lo vierais vosotros también tuvieseis la misma opinión.

La clave que quiero resaltar con este post es la increíble insensibilización de nuestra sociedad.  La gente me considera rara por gustarme el cine gore. Sin embargo les parece más normal ver vídeos snuff como pasatiempo en una web, sea en las condiciones que sea. Puedo comprender el morbo, compartirlo incluso. Por eso veo cosas falsas que recrean situaciones macabras. Pero la realidad no puede dejar de aterrarme. Y no debería dejar de hacerlo nunca.

1.11.15

Una rosa por tus pensamientos

Halloween es una noche hermosa y a la vez muy triste. Recordamos a todos esos seres que ya no están aquí, los homenajeamos. Este año, este es mi homenaje. 

Antes me levantada cada año el día de todos los santos lista para un viaje en coche y una visita al cementerio. Una misa banal, en la que un cura no decía nada relevante, y diez minutos ante una tumba con el resto de la familia alrededor. 

Realmente me gustaba. Era un día triste, un día dedicado al recuerdo. Un día en nuestras ajetreadas vidas para recordar a esa gente que nunca conociste pero sin los que tu vida no hubiese sido igual. Y, lo que es más, un día de tristeza compartida. Un día al año en el que toda la familia dedicaba junta unos minutos a sentir la misma pena, a no olvidar a los que ya pasaron a la historia. Un día con la esperanza de estar en el futuro en el mismo sitio, viendo la escena desde el otro lado, viendo como aún eres recordado. 

Me entristeció sobremanera el primer año que no pude cumplir con nuestro ritual. Mi padre sigue llamándome para contarme como deja una rosa roja en la tumba de su madre. Yo ya no le acompaño, pero no puedo olvidar esta fecha ni lo que significa para mí. 

Aspiro a pocas cosas en esta vida, quizás la única que de verdad me importa sea dejar una familia en este mundo, cuando me vaya, que se reúna en torno a mi tumba a recordar con tristeza las cosas buenas que hice por ellos. Que me recuerden de la forma en que yo os recuerdo. Y que me lleven una rosa roja.