14.6.16

Debate a 4: Tres segundos que lo cambian todo

Vuelve la campaña electoral, y mi comentario sobre el debate entre los candidatos. esta vez sí, los cuatro cara a cara. Y para los fans de esta categoría dentro del blog, os lo confirmo: este debate no lo he visto con mi mantita. En Madrid hace un calor en junio como para taparse, me temo que ha llegado el momento de guardarla en el armario.

Realmente no hay mucho que decir sobre el contenido del debate, me parece una cuestión de consenso que no tienen ningún sentido la forma en que se enfocan los debates políticos en televisión. Me cuesta mucho creer que un indeciso pueda decantarse por un partido concreto a través de lo que ha visto esta noche. Y si es así más que indeciso yo diría que es una persona totalmente alejada del mundo político ya que ninguno ha dicho absolutamente nada que no se le haya oído decir antes.


En relación a esto, aprovecho para criticar el "Debate de mujeres" emitido por Antena 3 hace unos días. No por la idea de visibilizar también a las mujeres, que como idea no me parece mala. Lo que me parece pésimo es que se buscara una excusa para crear otro debate televisivo, atraer audiencia, y luego no aportar nada (por otro lado, exactamente lo mismo que ha pasado hoy, en ese sentido se han tomado la igualdad al pie de la letra: relevancia 0 de ambos debates y de sus participantes). 


Lo mejor sin duda es que en ninguno de los dos debates se abordó el tema de la violencia de género o el feminismo durante más de un minuto, porque venderlo como factor atrayente al crear un "debate de mujeres" sí parece algo que interese a los organizadores, pero hablar en profundidad sobre el tema, las posturas de cada partido al respecto y lo que es realmente necesario para mejorar las cosas pues *ya tal*.


Pero bueno, ya que estamos aquí, hablaremos del debate de esta pasada noche, porque sí hay un par de aspectos interesantes a comentar, e incluso un motivo por el que realmente ha merecido la pena este debate (tendréis que leer hasta el final para descubrirlo).


No se puede poner en duda la preparación de todos ellos para este debate. Especialmente la de Rajoy y Rivera, que tenían muy estudiado qué decir en cada momento. Ambos con mucho papel y muchas "pruebas" para atacar a algún otro de los presentes que, en mi opinión, solo evidencian lo patético que resulta ver este espectáculo.


Pero ojo, prepararse un debate me parece lo mínimo. En ese aspecto el peor parado diría que es Sánchez, que sólo llevaba estudiada dos ideas y las repetía hasta la saciedad. Literalmente dos: nosotros vamos a las elecciones a ganar no a hacer pactos, y si no estamos gobernando ahora es porque PP y Podemos se unieron en nuestra contra. Pues muy bien, equipo del PSOE que preparó el debate. Así vais a convencer a muchos de que sois la mejor opción. *Qué cansinos que son todos de verdad, yo ya cambio de cadena, es la quinta vez que dice lo mismo* *Qué dices, ¿la quinta? ¡yo sólo me he bebido cuatro chupitos! ¡me falta uno! No me dan tiempo ni a rellenármelo*


Reconozco que empecé el debate impresionada por la capacidad de Rajoy de defender con vehemencia unas ideas indefendibles, bien preparado y saliendo totalmente airoso de todas las situaciones. Todos los argumentos, como siempre, eran medias verdades, que los medios de comunicación ya se encargan cada día de analizar. No creo que eso sea lo que deba constituir los argumentos de un debate así, pero desde luego nadie consiguió sacarle de su terreno de confort. Esto último realmente es aplicable a todos.


Como todo el mundo comenta, esta visión de Rajoy se derrumbó por completo al llegar al tema de la corrupción. Pero no estoy para nada de acuerdo con la opinión general de que el momento clave fue su enfrentamiento con Rivera sobre los aforamientos y la independencia del poder judicial (tema en el que estoy totalmente de acuerdo con Ciudadanos). De hecho, en ese punto Mariano ya había conseguido recuperar fuerza y sobreponerse a la situación, demostrando que, a pesar de todo, está en política por algo, y es capaz de enfrentarse a situaciones imposibles y salir razonablemente bien parado.


El momento clave del debate, para mí, sin duda fue poco antes: cuando Sánchez (por casualidad, seamos realistas, porque aportar realmente no aportó nada) enumeró la multitud de casos de corrupción y simplemente pidió explicaciones a un Rajoy que se quedó en silencio absoluto durante tres segundos enteros.


Me llamó especialmente la atención porque en ese instante me dí cuenta de que no había habido ni un solo segundo de silencio desde que empezara el debate, y me parecieron inusualmente eternos. En mi cabeza sonaba un "pero por qué no dice nada, ¿qué pasa?". Y lo mejor, la guinda del pastel, fue el temblor en su voz, la duda de no saber por dónde tirar, y a la vez la certeza de saberse golpeado y hundido, seguido de un 
"No sé qué quiere que le diga, señor Sánchez."


Por supuesto, consiguió salir del paso a través del ataque al contrario, como ocurre siempre en estos debates. Pero creo que en ese instante se mostró la magia que tiene la televisión, al hacer visible algo que en vivo puede parecer tan natural como pensar durante tres segundos qué responder al contrario. Me encanta comprobar que Mariano también se da cuenta de que hay cosas de las que simplemente no se puede defender, aunque sea durante tres segundos.


De verdad recomiendo que echéis un vistazo a este trozo, me parece algo digno de ver. Todo lo demás, por mí, podéis saltároslo. Os dejo aquí el link (
13J: El debate) del debate en Atresmedia, El instante sucede más o menos en torno a la hora y nueve minutos. 


Tampoco quiero que esto se haga muy largo, así que podemos resumir las dos horas de debate en un más de lo mismo, en el que cada uno se centra en su parcela de terreno conocida. Seguro que cada espectador se habrá decantado al verlo por el candidato por el que sea más afín ideológicamente, no por cómo haya actuado dicho candidato, sino porque su forma de entender la política le impide sentirse cercano a los otros. 


No hemos visto ninguna propuesta nueva, ni siquiera más desarrollo en las comentadas. Parece que cuanto más salen por la tele más reducen sus propuestas a una sola frase que no dice nada, tratando de resumir para ajustarse al cupo de segundos que tienen establecido.


Aunque he disfrutado sinceramente durante los tres segundos de silencio de Rajoy, y aunque me encantan estos temas, me he cansado de los debates. No quiero más ideas vacías ni que me vendan que son los mejores candidatos para este país. Quiero saber sus propuestas, en profundidad, en sus matices. Que uno de ellos se siente, exponga su postura, y los demás le digan los puntos concretos por los que no están de acuerdo. Y luego que él se defienda. Volver al mundo real.


La nueva política se olvidó muy rápido de su gran cambio estructural. Una pena.